17 marzo 2007

Imposible y emocionante

Si esta mañana me preguntasen cuál es el grupo más extraño y original de cuantos pueblan nuestros juegos florales subterráneos no dudaría un instante en responder. Melodías dispersas, cuidados castillos de humo y acuosas derivaciones pop convierten el pop artie de Bicicross en un raro lujo. De nuevo sobre un escenario, su propuesta parece que no detiene su germinación perenne y sus canciones crecen a ojos vista ¿no es emocionante? Sí, claro que sí. Al final me darán la razon.


Viernes noche en el barrio de Lavapiés, Mittens (éstos, no éstos otros, cuidado) presentan su single (autoeditado, creo) y Bicicross les hacen de teloneros. Lo siento mucho por el aparatito fonográfico que motiva la reunión pero, para mi, el verdadero acontecimiento es poder ver de nuevo a los extraños duendes madrileños desgranando su hermosas y anómalas canciones. Esta vez no dejo nada al azar y, poco antes de que empiecen, mietras montan todo el aparataje, los cacharritos y el gigantesco armonio, que parece guardar todos sus secretos, ya me he hecho con un buen sitio en la primera fila. He decidido no volver a perderme una de Bicicross. Y mucho menos después de la aparición de la excelente maqueta Le automedían. Ellos montan todo el extraño lío de bártulos y útiles musicales que les sirve de instrumental para conjugar la belleza. Y yo pienso en lo extraño que es tener a Bicicross en esto que se llama el panorama. Qué lejos están de las propuestas que se llevan, que salen en la prensa. Qué canciones tan anómalas, tan hermosas, tan cercanas y líricas.



En fín, dejo de pensar en esto en cuanto empiezan a cantar, a chillar y a hacer el indio. Hermoso salvajismo poético, como siempre digo. Pero esta vez conjurado con mayor certeza, con intensa conciencia de ser Bicicross. No existe la tentación de escaparse hacia espacios progresivos porque, con sabiduría prefieren qudarse en lo microscópico, se cambian instrumentos raros, se concentran en unas melodías preciosas. Miran a los lados, al publico y al techo, como siempre un poco arrobados. Yo no puedo dejar de mirarles, al pie del escenario, escuchando una joya como es Mustio y disfruto, mesmerizado, la extraña brujería que conjuran estos peculiares alquimistas domésticos. Preguntas sin respuesta que, al escuchar los berridos con que se escapan de la cordura pop en Anatolia, se convierten sólo en emoción musicada. He hablado tanto de ellos que ya me he quedado sin palabras. Pero nunca he dicho, sin más, que sus canciones son preciosas y emocionantes. Pues bien, anoche me parecieron más hermosas que nunca y me emocionaron como si las estuviese escuchando de nuevo por primera vez. Ésta es la medida con que se debe valorar su concierto: la de lo imposible y lo emocionante.




Poco después, Los Mittens presentaron su single a modo. A granel, con cucharadas de maximum power-pop madrileño, puñitos en alto, coros y balanceos de cabeza. Colorín sesentero, revivalismo cenutrio y ni un sólo mátiz. Tal vez sólo quieran ser un grupo de pop mimético, contarnos que tienen una buena colección de discos, que se saben las referencias correctas de pé a pá y que han llegado a tocar bastante bien. Me parece una historia poco interesante pero legítima, al fin y al cabo. El público lo pasó bien pegando saltos, que no se le olvide a nadie que el power-pop es el único género músical que ha arraígado en Madrid con la fuerza suficiente como para incorporarse al folklore urbano. Ellos se lo pasaron muy bien y sudaron la camiseta. Tocaron con garra y hailidad y a un volúmen brutal. En poco más del doble de tiempo del que necesitaron Bicicross para arrancarnos una sutil emoción, desgranaron sus canciones de ecos soleados y retro que no me dijeron nada. No quiero grupos nuevos haciendo revisones sesenteras. Para eso me compro las reediciones correspondeintes en Radio City. Así que, apreciando mucho su pericia, decidí guardar en mi corazón la imagen de unos Bicicross haciendo unos gorgoritos tan bonitos que a uno casi le da por echarse a llorar. Y me fui a tomar algo, como cada noche de viernes, con las tonadas inconscentes guardadas, a buen recaudo, en el inconsciente precisamente.

Bicicross y Mittens tocaron la noche del 16 de marzo en la sala El Juglar, en el madrileño barrio de Lavapiés.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sábado 24, Bicicross + Punsetes en el Nasti a las 22:00.

Karpov Shelby dijo...

Increíble concierto, entonces! Ya se ha resuelto una de mis dudas!

Anónimo dijo...

Hay que j*****e, y yo montando un mueble de IKEA !!!!

Anónimo dijo...

¿Estuvo usted? Mmm, la próxima vez a ver si le saludo.

Karpov Shelby dijo...

Entonces, ¿es Gerardo Amor de Madrid? Creía que usted era otro, como decía el vate.