15 febrero 2007

Género chico



Mientras decidimos si el último disco de Of Montreal es bueno o, sencillamente, decepcionante (y, para eso, lo mejor es bajárselo de
aquí), podemos distraernos con una recuperación del género chico psicodélico que me trae obsesionadito estos días. Teenage Opera, es la obra magna del extravagante productor y comediante Mark Wirtz. Extraño y encantador sainete pop que, en sus primeros compases, contó con la presencia estelar del astro de la psicodelia Keith West. Una verdadera joya que no revoluciono el género del pop en 1968, que era cuando debía haberse publicado, por estrictos imperativos económicos. Más tarde llegaría Tommy de Los Who y nada volvería a ser lo mismo.


Precisamente, el otro día en la vecina tienda Radio City, tuve ocasión de intercambiar impresiones sobre el moderno disco hippy con el responsable del excelente Neu! Club, quien no dudó de calificarlo como buenísimo y recomendar, si no su compra, su escucha. A pesar de todo, yo iba ya con la idea de hacerme con la opereta sesentera, ya que había estado repasando las canciones de los Tomorrow algunas tardes antes y tenía interés en ahondar en la peculiar historia de tan delirante proyecto. Así que pasé de los Of Montreal. Y paso, por ahora.



De la ópera adolescente paso un poco menos porque, la verdad, me ha causado un impacto muy peculiar. Entre la admiración, la sorpresa y un divertido pasmo. La historia es muy sesentera, delirante y pop. El productor de EMI, Mark Wirtz decide, en 1966, embarcarse en un rimbombante proyecto consistente en crear la primera ópera pop de la historia de la cultura juvenil. Estamos en la Era de los Magnates Adolescentes y ningún proyecto parece demasiado estúpido, absurdo o inviable. Animado por la colaboración de músicos como Keith West y Steve Howe (quien más tarde formaría parte de los aborrecibles Yes) se monta una historia coral sobre un pueblecito por el que desfilan una serie de personajes de vodevil costumbrista. Con un delicioso toque a la kinks
(no deja de ser una suerte de Village Green, pero amable y blanca, blanquísima), Wirtz se monta una fantasía colorista y delirante, en la que se combinan deliciosos instrumentales con pequeñas gemas de sunshine pop de acento psicodélico (ahí está Mr. Rainbow, sin ir más lejos) . En la mente de Wirtz estaba presente, de manera obsesiva, el continuar la senda abierta por el Pet Sounds y el Sgt. Pepper's. Hacer crecer la música pop, dotarle de un lenguaje artístico que fuese respetuoso con sus premisas fundacionales de inmediatez, ruptura y trepidación, sin dejar de aprovechar su inmenso potencial creativo y expansivo. Horas y horas de habilidosa tarea de estudio, en Abbey Road, dieron como fruto el existoso single Grocer Jack, con la voz y la imagen de West (ya por entonces en Tomorrow) como principal reclamo. Comercializado como Excerpts from a Teenage Opera - Grocer Jack, alcanzó los puestos altos de las tablas de éxitos. Durante unos meses, la ópera adolescente estuvo en boca de todos. Nadie dudaba de su potencial para marcar un hito en la legendaria Historia Pop que se estaba fundando en esos días en los que el mundo estaba deliciosamente loco, loco. Durante unos meses, fue el proyecto más observado y seguido por la prensa musical. Todo un hype, que diríamos ahora. Sin embargo, las cosas se fueron alargando más de la cuenta; la manía alquimista de Wirtz, su perfeccionismo y meticulosidad, así como la impaciencia de West y Howe, que deseaban ver cerrada la ópera cuanto antes para poder dedicarse a su prometedor grupo, fueron dificultando más y más las tareas de composición y grabación. Además, EMI empezaba a ver que el batacazo podía ser grande pues las horas de estudio eran muchas y el éxito no estaba completamente garantizado.



Wirtz, sin embargo, no se rinde ante la adversidad y sigue grabando retazos de la que consideraba su obra magna; acudiendo a variopintos colaboradores (una vez que West y Howe se desmarcan del invento para dedicarse a su grupo), cantando él mismo partes, instrumentando otras, recurriendo a un coro de niños, a Nick Lowe... En fín, tanto grabó que, cuando EMI decidió enviar la ópera al cajón de los proyectos irrealizables, estaba casi terminada por completo. La discográfica decidió, eso sí, aprovechar la habilidad de Wirtz, dejando de lado su faceta de aprendiz de brujo. Así se labró una notable carrera como efectivo mago del estudio. Los primeros en verse beneficiados fueron los propios Tomorrow, cuyo insólito disco contó con su producción y habilidad al órgano psicodélico. La opereta durmió el sueño de los justos hasta su reedición (reconstruída con ayuda del propio Wirtz) por parte de la excelsa disquera RPM hace unos años.






Visto en perspectiva, el disco no deja de tener un asombroso lado
kitsch que le dota de un encanto peculiar. Ese mismo encanto hace que, pese a contar con momentos pasmosos y canciones insólitas, deje en el oyente la sensación de ser poco más que un delirio creativo, propio de un tiempo prodigioso que corría a muchísmas más revoluciones estéticas y vitales que el actual, pero delirio al fín ya la postre. Una curiosa golosina, deliciosa pero anecdótica. Pero también es cierto que, comparándolo con la obra de los Of Montreal (The Gay Parade, mi disco favorito de los americanos, tiene una innegable deuda con esta ópera adolescente), aparece como una obra fresca, fundacional, inocentemente sincera, juguetona y aventurera. Talento superior y nuevas artesanías en las que no existía ni el manierismo ni la repetición. Cuando se elaboró este disco había más interés en la inventiva prometeica que en la (tan amaneradamente en boga hoy) orfebrería pop. Un nervio creativo que traspasa el aire de zarzuelita beat para dejar un rastro excelso. En fín, tardes distraídas mágicas y coloridas las que ofrece esta muestra de magistral género chico que, se quedó a las puertas de la gran Historia por una de esas casualidades de la vida. Una buena opción si son de los que les gusta el muzak pop, las instrumentaciones ampulosas, el toque music-hall inherente a todo el pop británico y la psicodelia más simpática y amable... Y, si hace falta acudir a la tremenda videografía para convencerse, basta pinchar aquí. Por lo demás, el tono general queda bastante bien reflejado en el extravagante video de West paseando con unos niños (no se sabe si perdidos o no) con que he decidido ilustrar este post tan estroboscópicamente retro.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Grooooooooooooooocer Jack Grooooooocer Jack,is it true our mommy say you won't come back? Oh nooooo nooooooo!

Lo que parece que sí vuelve es un poquito de la buena vieja diversión esta noche. Ayer se me olvidó comentarte una única alegría. Esta noche hay una única opción válida en Barcelona: presentación del nuevo número de La Escuela Moderna y pinchada Hungry Beat. Así sí.

Txuso

MJ dijo...

Señor Karpov, Un día de estos me paso por su hogar a recoger una copia de seguridad de ese disco

Karpov Shelby dijo...

Eso está hecho, Mr.T. Incluso si quiere se lo paso en mp3 por un rapidshare de esos.

Anónimo dijo...

Para operetas psycho, destacar esta joya:

http://www.vinyljapan.demon.co.uk/ask/askcd144.htm

Justo lo que necesito ahora con overdose de calmantes después de una intervención odontológica bastante tremenda.

mr sloane dijo...

siguiendo su recomendación tengo grocer jack metido en la parte de atrás del entrecejo...

es bueno...