27 junio 2006

Mensajes en una botella

El dédalo sorprendente que es Internet hace que uno se encuentre en nóminas extrañas. Por ello, me llama la atención recibir un e-mail informándome de un nuevo grupo sueco de nombre de resonancias pseudo-hippies y mucho más compartir lista de distribución (reducida a unas cinco o seis personas, atención que se agradece) con el responsible de la madrileña tienda Bang! y de alguno de los redactores del blog-zine Mira el Péndulo. Este nuevo Internet Social es lo que tiene, una notable imprevisibilidad. Imprevisibilidad que, a pesar de todo, es bastante banal en sus resultados.


Al parecer, Ohm son un trío natural de Estocolmo que, pese a que llevan tocando juntos durante 10 años se han mantenido voluntariamente en el anonimato rehuyendo la luz pública (eso es al menos lo que dice la escueta biografía que envían; no muy fiable, que lo sepan). Leo este e-mail recién aterrizado de París, tras haber sido bombardeado por unas sesiones sobre eso que se llama Web 2.0. Lo que son las cosas estas del social networking. En cualquier caso, la historia del remoto grupo sueco que, tocando, tocando, se convierte en uno de los secretos mejor custodiados de la tundra ya inspira desconfianza de saque.


No estoy yo demasiado a favor de la hiperinflación musical auspicidada por las nuevas redes relacionales. Si pruebo a ejecutar en audio streaming su single virtual, Spoon Me es sobre todo por saber qué concepto existe de Karpov! allá fuera, que por otra cosa; qué música piensan que me puede interesar, quién puede querer que conozca sus canciones ¿qué imagen de mí mismo estoy enviando a través de mi extended social network?... Al final uno interactúa con su propia ficción, por mucho que lo esconda detrás de canciones y discos.



En cualquier caso, estas cosas de las maquetas virtuales, tan bien hechas, tan cuidadosamente grabadas y tan perfectamente distribuídas por Internet dejan una impresión ambivalente. Así que, para que todos se hagan una idea real del tema dejo una doble opinión.


Opinión Uno sobre Ohm: No están mal. Spoon Me es una canción de electro-indie bastante curiosa, que recuerda a The Concretes. Una voz femenina pizpireta salta sobre chiribitas sonoras y guitarras robustas. Todo tiene un acento amodernado de lo más agradable. Tal vez le falte un poco de pegada; tal vez ya hemos escuchado está canción mil veces. Me gusta más la cara B (si es que existen las caras A y B en los formatos vituales), una melancólica Follow my fate, más recogida, acustica y de una discreción más agradable. Ese rollo triste que siempre funciona...

Opinión Dos sobre Ohm: Tampoco están tan bien. La perfecta ejecución y una grabación ejemplar me reafirma en algo de lo que me está convenciendo cada día más la proliferación de MySpace bands: hay un nivel de calidad compositiva e interpretativa que, con la democratización de los medios tecnológicos de edición musical y con la ingente disponibilidad de información en red es fácilmente alcanzable. Basta aplicarse un poco y contar con una cierta pericia.


Ohm tienen pericia y se aplican, así que las dos canciones son bonitas y su escucha resulta agradable. Pero la pericia y la mecánica popular no dan la felicidad. Y la felicidad en el mundo pop se manifiesta en forma de resbaladizo e inaprehensible encanto que es lo que ilumina las canciones. Un “no se sabe qué” que convierte el plomo en oro. Curiosamente, esta cualidad no tiene tanta relación con la forma como con el fondo. Sólo Follow my fate se acerca muy ligeramente a despertar un recuerdo aproximado de esto.


Por eso, muchas de las cosas que ejecutamos ultimamente en nustros discos duros nos dejan igual que estábamos. Manierismos perfectos que se suceden a lo largo de la geografía inabarcable que es MySpace,poniendo a nuestra disposición una cantidad de material psíquico, emocional y musical inconcebible hace apenas unos años y, a pesar de todo, muy poco estimulante. Un nirvana musicado donde una miriada de emociones pálidas se nos ofrecen de manera gratuíta sin inspirarnos ni vértigo, ni furia ni mucho menos pasión.




Es decir, tantas sorpresas no nos da la Red de Redes. Conectividad banal que deja que caigan del cielo maquetas de perfecto sonido pero poca substancia real. Algo que nos debería hacer pensar si, ahora que ya no somos ni siquiera público sino parte de fragmentarias micro-audiencias, no se estarán desmaterializando nuestras opciones culturales, dejándonos absortos en un juego de espejos en el que al final solo nos queda la opción de ver pasar infinitas siluetas mientras nos sumimos en una intrascendente ataraxia pop.





PS. Por cierto, ¿tendremos en breve MySpace de J.M. Aznar, ahora que su vinculación con la Organización Propietaria de MySpace es un hecho? ¿Algún día leeremos en nuestros tablones de mensajes un contundente Gracias por el add enviado desde su espacio cuando le agreguemos?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy hasta las tetas de tanto grupo sueco. A mi ya me suenan todos igual: a ñoñipop circa 2006.

Lo que hace vivir en un país carísimo y aburridísimo, supongo.

Lo de la vinculación de nuestro Ansar al emporio de News Corporation (a 10.000 euros al mes por tocarse el bigote) ya está haciendo que me corte un poco a la hora de visitar las páginas de MySpace. Es que no lo puedo evitar.

Besos

Anónimo dijo...

Estoy con la srta meculo, a mi me parece que unos pijos suecos (la imagen de la rubia rodeada de equipo de talegos y con la sudaderita nike es repulsiva y anti-todo)te han mandado sus moñeces porque estabas en su lista y que tu, en tu linea, le das demasiadas vueltas.
Nos vemos mañana en los essex!

Karpov Shelby dijo...

Sí, sí, totalmente de acuerdo con ambos. Lo he puesto porque me ha parecido sintomático del nocivo fenómeno de las maquetas en MySpace... que al final todos los grupos suenan muy bien, ponen muchas fotos, pero no dicen nada de nada.

El fenomeno MySpace + grupos suecos me parece una consecuencia tremeda de estas redes. Pero... ¿qué me dicen de las fotos de la sueca con chalequito carhartt en la gruta?

Anónimo dijo...

Si es que lo poco se soporta, pero lo mucho CANSA ... y es que son todos fotocopias de los ya coñazos Acid House Kings, etc ... rubia suecaza con tres maromos vecinos de Malmo que compran instrumentos carísimos y en los fríos inviermos de Suecia se empapan de C86 para componer tonteridas cantadas en inglés ("youuuu looooove me when I say I loooooove you and I saaaaw you in the rain, etc, etc)

Además y para colmo, los americanos más ñoños y hasta el bobazo de Julio Ruiz los han descubierto, señal inequívoca de que es hora de volver página para buscar algo más innovador como, por ejemplo, las travestonas made in Spain que dicen cantar, que es lo que pita ahora en el mundo andergraun (muy próximo ya al mainstream)

Karpov Shelby dijo...

Bueno, la escena sueca de ahora (Perro del Mar y Jens Lenkman) es una especie de post-twee que en ocasiones es insoportable pero hay dos grandes excepciones: South Ambulance y Sambassadeur que me parecen dos grupos MUY buenos (especialmente los primeros)

Por cierto, eso de que hay que volver página porque nos estamos saliendo de madre se da cuenta uno a la primera escuchando a los Suburban Kids with Biblical Names.

Karpov Shelby dijo...

Ah, sí... Hello Saferide, que bonito disco. Desde luego no todos los grupos suecos son malos. Lo que si que digo (y lo defenderé Romi) es que la inemdiatez y la instantáneidad os genera a todos una adicción y morbo por la novedad que está empezando a producir que nuestro gusto se vaya haciendo más leve. Y nos fascinemos por flashes, muchos de ellos sin contenido.

A velocidad de vértigo (en un día, con dos canciones, con una foto) posteamos juicios, canciones, sugerencias... pero esta velocidad de escape está separando ese pop (cada vez más uniforme) de nuestra vida interior. Por eso hablo de desmaterialización de nuestro gusto. MySpace se ha convertido en un DJ colectivo que nos ha metido en un remake robótico e interactivo de Panic (la canción de los Smiths).

Claro, no todo es malo (hay millones de cosas que me encantan). Pero hay algunas cosas que son, cuando menos inquietantes. A fín de cuentas es una gran industria cultural. Es un underground propiedad de un magnate de los medios, en muchos sentidos.

La aleatoriedad, la posibilidad de conectar y conocer afines, la infinidad de cosas interesantes ahí están. Y es cierto que están muy bien.

De lo del correo, pues no se cómo habremos ido a parar todos a la misma lista de amigos :-) Vete a saber, a lo mejor solo estaban enviando los correos de 5 en 5 para que pareciesen menos spam. Que los nórdicos son más retorcidos de lo que parece.

Ah el integrante de MEP es tweepopstar...

Karpov Shelby dijo...

De acuerdo contigo Humberto Perro, es cierto que habrá que esperar al final para ver qué queda de esta avalancha.

Pesemos que esto es como cuando Labrador sacó aquello de The sound of Young Sweden (a los que se acuerden seguro que les da la risa) pero a lo bestia... Y creo sospechar que el usuario anónimo incluye entre los americanos más ñoños sobre todo la escena neo-twee USA (Smittens, Colin Clary, etc) ... Así que es posible que todo el continente se vea afectado por este comentario.

Anónimo dijo...

Bueno, perro, ahí tienes a esos pedazo de Dungen. Que son la pera y cantan en vikingo moderno. Pero me temo que no lleguen a traspasar tu telón de acero estético.