12 junio 2006

Caminando en círculos en torno a la idea de belleza

La idea de que belleza y vanguardia son términos incompatibles, antagónicos a todos los efectos, ha estado profundamente ligada a la tradición artística del siglo XX. Mientras se sucedían diferentes y delirantes programas utópicos que reclamanban convulsiones e ilumninaciones a partes iguales, el goce estétitico como fín esencial de la obra de arte era desterrado del imaginario colectivo provocando la radical separación entre artistas y público. Así, paradójicamente, al tiempo que se invocaba la salvación de la sensibilidad humana, la experiencia artística se segregaba de las sensaciones propias de la observación y el disfrute del entorno. Entorno vital que se recupera, de maneras muy distintas, en las obras presentadas por Olafur Eliasson y Kimsooja en Madrid estos días.

La de el danés Olafur Eliasson es una de las carreras más claramente orientadas a la serenidad y la belleza. Mientras en los últimos tiempos unos y otros se apuntaban como locos a las vacuas poéticas de la abyección, arropados por la conocida piroctecnia verbal post-moderna, Eliasson organizaba delicadas reflexiones poéticas acerca de las formas del mundo, los rítmos internos, los temas en los que se organizan nuestros espacios. Horizontes y luminescencias, vanos, caminos, límites y sendas que se han abierto a lo largo de fotografías e instalaciones que han sabido mantener una sabia tensión estética. Un deleíte dúctil, un sentido de la armonía que hemos agradecido en momentos de horror vacui y videoarte. Por eso, es un placer encontrarse, en el marco habitualmente tedioso de PhotoEspaña, la exposición Caminos de naturaleza. Fotografías tomadas en espacios abiertos que buscan trazar las composiciones y los temas existentes en lo natural. Exploraciones seriadas que permiten desvelar el relato propio de las extensiones naturales. Empleando la retina mecánica del fotógrafo para fijar la impresión curiosa del artista, Eliasson logra cerrar una reflexiva poética del sosiego que viene a recordarnos que la posibilidad del espacio abierto existe como idea autónoma. Una circunvalación poética tremendamente necesaria, por otra parte, en estos días de entornos más y más cerrados estética y existencialmente.



Con otro ánimo se acude al Palacio de Cristal a ver la instalación de la coreana Kimsooja Los materiales empleados, luz, vacío, cristal por este orden, hacen interesante la propuesta planteada en Respirar – Una mujer espejo. El Palacio de Cristal de El Retiro se presenta así con su suelo pavimentado de espejo y sus cristales cubiertos de una película de difracción de la luz. La curiosidad por ver el edificio convertido en una suerte de cámara de resonancia lumínica es, en primera instancia, un atractivo para el público general que disfruta encantado de las luces de colores. También genera un cierto recelo. Demasiado efectista. Sin embargo, una vez en el interior, con el sonido ambiente de la respiración de la artista hiperamplificada, un vértigo tranquilo y psicodélico se adueña del visitante. Sumergido en un amable caleidocopio cuyo único fín aparente es absorber y reflejar la luz para generar una sencilla hermosura ambiente, uno no puede evitar abandonarse al deleite propuesto. Espacio y luz se multiplican hasta el infinito aprovechando un sutil empleo del goce estético que nos recuerda que, muchas veces, los viajes esenciales pueden resultar hondamente reveladores. A la salida, llama la atención ver aparecer el mismo efecto iridescente en el sol atravesando las infinitas gotas de agua de la fuente. Curioso diálogo, trascendente en su pura nimiedad.



En suma dos modestos recordatorios acerca de la relevancia de la idea de hermosura en la construcción de una poética artística. Recordatorios que resultan extremadamente gratificantes para el espectador, ya que suponen una invitación a abrazar un vértigo asumible a cambio de alcanzar pequeñas parcelas de sabiduría y placer. Vértigo que se puede proyectar indistintamente tanto hacia el exterior (Eliasson) como hacia el interior (Kimsooja). Parcelas de sabiduría y placer cuyo dibujo viene dado con sencillez en el disfrute de simples rayos de luz o de líneas que se trazan sobre los roquedales. Conclusiones insignificantes en cuanto a su contenido intelectual, sin embargo inabarcables y misteriosas en su consecución formal.


La instalación de Kimsooja Respirar – Una mujer espejo se puede ver en el Palacio de Cristal del Parque de El Retiro hasta el 24 de agosto.- La exposición de Olafur Eliasson Caminos de Naturaleza en la Fundación Telefónica, Gran Vía, 40 hasta el 27 de agosto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperemos que el sol siga brillando en Madrid para disfrutar del mejor espacio del Retiro...