01 octubre 2006

Cruzando la línea de sombra


Vivimos tiempos extraños en los que las anomalías brillan por su ausencia. El miedo a la incorrección artística empieza a ser tan fuerte como las autocensuras impuestas en aras de la corrección política. Vivimos tiempos en los que el Agobio por el Concepto es máximo. Ningún grupo se permite un paso en falso; se revisan las influencias musicales al milímetro, se cotejan con el Canón de lo Moderno, con la Tabla de la Ley de la Calidad Rock se calcula, se revisa, se selecciona y se combina para evitar cualquier estridencia. Así, tenemos esas perfectas construcciones que no asumen riesgo alguno paseando por los escenarios. Así tenemos una invasión de manierismo confundido, artera e interesadamente, con calidad invadiendo escenarios y conciencias. Y, a veces, tenemos muestras de anomia estética que descolocan, incomodan, dan vergüenza ajena, se exponen en terrenos alejados de la NORMA. Este fin de semana he podido ver un par de estas plasmaciones. Y, si soy sincero, junto a la sensación enorme de rotura, también había otra diferente de liberación y venganza...

LA MUECA. Viernes 29 de septiembre. Sala Siroco. Son las diez y media de la noche.- La Mueca es Fernando Márquez, alias El Zurdo (ya saben, Paraíso, La Mode, Pop Decó, él mismo, sus pensamientos ...), y un grupo de músicos reclutados para corporeizar una propuesta desesperada, heterodoxa, maldita y desarmante. La Mueca es Charlie Mysterio, César Sánchez (no confundir con Fulgencio Pimentel), una señora que se llama Helena, un chiquita de severo aspecto a la guitarra eléctrica, un bajista, un batería... colaboradores presentes, pasados, otros que nunca se fueron (pero nadie de La Mode, ojo). El Zurdo ha formado a su alrededor una patrulla condenada que alimenta una propuesta EXTREMA. En un tiempo en el que la precaución es norma en la música pop, él nos lleva MÁS ALLÁ de la Cupula del Trueno de la Vergüenza, exponiendo un repertorio raro, extravagante, excéntrico. Aparece guardando unas maneras fatales, apocalípticas. Unos entran, otros salen, a veces se recurre a programaciones tecno-pop. Siempre El Zurdo dirigiendo la ceremonia, expuesto al ojo público con una desarmante, tragicómica, heróica, radical, estúpida o genial compostura pop.


Baila, se retuerce, se agita... el front man de esta Mueca vuelve con una energía renovada. El mundo exterior no entra en la cabeza de Márquez y, en su mundo interior, ésto que estamos viendo está vigente de manera absoluta; porque en este concierto estamos jugando con sus reglas y en su campo. Un campo RADICAL en el que no existe la media tinta, la astucia, el racaneo, el gesto que queda bien. Todo tiene un aire de comando suicida: Charlie Mysterio parece Superman cuando pierde los poderes (incluída una sombra de barba y de caída en desgracia); los guitarristas, talentosos soldados de fortuna; el bajista, un buscavidas sesionero; una cantante que hace gorgoritos étnicos, una treintañera moderna que canta, baila y posa. Un OSO DE PELUCHE presidiendo la sesión, una botella de agua Solán de Cabras, las GAFAS DE SOL de El Zurdo. Sunset Boulevard, pero a lo cafre. El Callejon del Gato, el Sunset Strip ese nuestro... Mientras otras glorias se cuidan mucho de no dar pasos en falso, El Zurdo expone EN CARNE VIVA, todo su UNIVERSO MENTAL sin maquillaje: ahí está todo, enumerado en la insólita declaración de principios, "Somos de otro tiempo"; no hay tecno-inteligente, no hay soma, hay tecno pop trágico y los giros vocales de siempre, hay hard rock y desvergozado rock progresivo y pesado, hay canciones de sonido coktail tocadas a deshora, hay cosas insólitas que dan mal rollo, hay otras cosas increíbles que reconcilian con el autor. Hay una versión (EN ESPAÑOL) de Walk on the wild side de cuarto de hora que sirve para que El Zurdo lea unos textos laudatorios, para que termine clamando que no está en ésto por el dinero, que no ha vendido sus sueños por errados que éstos fuesen ... momentos en los que el espectador dice "tierra, tragamé". Hay un aire ANGÉLICO[HOUSTON, tenemos un problema] en todo el show - Toni Mysterio dixit. Ojos abiertos como platos. Me quito el sombrero, señores. Sí, ha sido magnífico. Ha sido magnético. Ha sido humano, demasiado humano a ratos. Ha sido lo más REAL que hemos visto desde hace mucho tiempo. Ha sido INENARRABLE.

Entre el público, se encontraba Kikí d'Akí , el bizarro, malogrado y onírico bloguista, Dildo de Congost, Yago El Murciano y (muy) pocos más. La gente ya no está para bajarse a los infiernos del Chamberí pop a ver según que cosas. Una pena, porque me estaba yo acordando de toda esa crítica pop tan pagada de sí misma y de sus cretinos descubrimientos, ésa que nos hace comulgar con insulsas ruedas de molino con la excusa de lo heteróclito. Lo de la Mueca si que es un plato de gusto fuerte. Y a veces se me iba y e me venía la idea de que esto es algo tan intenso (si bien por razones muchas veces antinómicas) como, pongamos por caso, unas Hello Cuca. También me acordé de camaradas como Kiko Amat y pensé que, quizás este es el Céline cañí que necesita descubrir para cerrar su universo estético-vital, quizás sea éste el artista de la tercera posición pop (perseguido, vilipendiado, arruinado, caído hasta el umbral de la pobreza, renacido y reencarnado, finalmente redimido) que hace falta en su fanzinero santoral. Tal vez ahora, que todo ha terminado, todos tengamos que volvernos hacia El Zurdo y vivir un rencuentro con él, aunque sea en términos como éstos.

Honestidad sin límites, inteligencia trastabillada, sinceridad trágica, comicidad espontánea y bizarría no buscada. En un tiempo de cuidados (culturales) intensivos, El Zurdo amplía el margen de error y, en cierta medida, el campo de batalla hasta un límite del que ni el mismo es consciente. Lo que tampoco le resta grandeza alguna. En resumen automático, OSITOS EN EL AIRE...




LOS PUNSETES. Sábado 30 de septiembre. Sala Nasti. Son las once y media de la noche.- Asignatura pendiente , asignatura aprobada para los Punsetes y para Karpov que por fín se vieron las caras y se fundieron en un abrazo de reconocimiento. La heterodoxia se prolongó hasta el sábado por la noche, como si un ensueño hubiese poseído la ciudad de Madrid en una especie de Walpurgis pop. Los Punsetes aparecienron sobre el escenario del Nasti, como una insólita y lyncheana visión. Este es la música de nuestros desvelos, de nuestras cabezadas frente al ordenador de la oficina y de nuestras llegadas al apartamento de alquiler. Somos todos colegas. De la facultad. Como bien dijeron. En diciembre habrá un single en vinilo grabado y editado con WA(TT) Team.




Anoche la cantante de Los Punsetes era una esfinge con un gorro de poliespán hecho por ella misma. La banda, ejecutó a la perfección el sonido de nuestra vida. El SONIDO DE LOS NOVENTA, con la mirada perdida, reconcentrados y absortos. Cuando todo el mundo se empeña en mirarse el ombligo y recordarnos que se leen el Mojo y se guían por las recomendaciones del Plan B , Los Punsetes se ponen un cucurucho, tocan noise-rock, cuentan ese entresemana que no es el de los Le Mans precisamente, se arrancan con un realismo tangencial que deja resquicios para un lirismo raro. Porque son los raros de nuestra escena. Los raros a los que les ha dado por hablar de lo común. Imposible quitar ojo al espectáculo. Presencia imponente y sobreana bizarría también. Normalidad no maquillada. Enajenación diaria. Esto es lo que hay.



Y lo que hay es una mirada perdida, una deconstrucción enajenada de Trabajar cansa, alto voltaje para la Teoría de la clase ociosa, canciones basadas en hechos reales. Una cruel lectura de Los Médicos, capas de guitarras y la cantante con el cuerpo pintado de rojo y un vestido que parecía haber tejido en noches de insomnio y manía. Una relectura punsetizada del Cast a Shadow que da la brillante medida de un grupo que mira de refilón y con desconfianza los discos que escucha, como si no contasen todo sobre su vida. Para completarlos con esa otra "parte maldita", Los Punsetes se arrancan por ése rock doméstico, cargadito de dósis de tensión no resuelta. Sonaron todos los éxitos con energía, sin malicia o resabio. Aquí no viene nadie a hacer un juego conceptual. Aquí hay mal rollo a la mínima que se mire con atención. Por eso debía estar la sala vacía. En el Nasti no había ansiolítico artístico. Muestras de ansiedad común: tú cultivas topacios y jacintos, peron te pones muy bruta con un par de vinos tintos. Es como si se lo diejesen a la Escena, a la Prensa, al País. No con segundas. A la cara. Sin concepto, sin querer. Es que parece que sale así. También sobre el escenario, Los Punsetes son impactantes, extraños, comunes, normales en exceso, anormales por defecto.

Increíble sábado noche, por tanto, que cierra un fín de semana pleno de encuentros con entidades. La anormalidad transita los pisos bajos de nuestras menguantes escenas. Las verdades del barquero se escapan, cuestionando nuestra modernidad de chichinabo. Una necesaria bruguerización del underground que cae como un pisotón en el juanete de esos que quieren creer que estamos más cerca de Berlín que de Tombuctú. Y, hablando de Tombuctú, no me gustaría cerrar esta crónica sin hacer mención especial al superjuez Herreros que, magistralmente, nos amenizó los momentos anteriores y posteriores del concierto con canciones de sus (y nuestros también) adorados McCarthy, Orange Juice y Feelies. Desde aquí le animamos a seguir pinchando cosas tan bonitas y a poner alguna otra nueva (de unos Close Lobsters o unos Church Grims o de lo que quiera él) de ese indie de guitarras que siempre nos ha gustado tanto a todos.





9 comentarios:

Regiones Devastadas dijo...

Celebro mucho este post, porque "sólo aquella que corre gravísimo peligro de pasar inadvertida es una verdadera novedad"

Anónimo dijo...

También celebro y cercioro la verdad de lo aquí dicho por el Karpó sobre el concierto de La Mueca, aunque se se le olvida incidir o siquiera mencionar que limitándose y mucho al plano musical el evento estuvo muy cercano a lo que la gente común llama mierda. Las canciones y eso, que a uno siempre le gusta escucharlas y que molen...El resto, excelente, eso sí, un diez para todos, Antequera sunrise.

Anónimo dijo...

A mi el que más pena me da es el Mysterio, una persona con un talento ENORME echado a perder como ayudante de El Zurdo en sus elucubraciones y escribiendo (ambos)a sueldo para sellos decadentes.

Si no hubiera sido por la pila de trabajo, habría estado allí, aunque por lo que cuentas casi no sé si aquello fue una revisión de tiempos anteriores y ya perdidos o un experimento de lo próximo que va a llegar.

Cosa normal en esta ciudad en la que todo parece ir para atrás. Carcas de la movida con orquestas, carcas de la movida (serie b) en Siroco. El Zurdo ataca de nuevo. Algo está yendo mal.

Karpov Shelby dijo...

Ahí si que discrepo con ambos. Creo que el concierto que dió el otro dia El Zurdo tuvo un carisma desarmante y bizarro.

Creo que él y el Mysterio se están currando un "divino fracaso" digno de panteón pop y que, sobre todo, están ofreciendo una insólita revisión en clave pop del españolísimo esperpento que no está exenta de gracia.

Anónimo dijo...

La verdad es que el concierto de Punsetes estuvo muy bien, las canciones nuevas molan mucho. Una en concreto era cien por cien TCR. Y la sesión de Herreros fue bastante amena, sí señor. Pinchar en el Nasti a Biff Bang Pow! y a Incrucificables es casi una heroicidad....

Karpov Shelby dijo...

Hombre sí que es una heroicidad, sí. Ya estábamos echando de menos todos estos años que llegase la caballería (indie)pop ... pero, ya sabes patricia, más vale tarde... Ahora solo falta que se quede.

Anntona dijo...

Coño, Karpov!
Me lo esperaba más alto (joke).
Especialmente acertado en eso de la cantante "tejiendo el traje en noches de insomnio y manía".
Doy fé.

Anónimo dijo...

Este post se desparrama por todas partes y es sin duda el mejor que he leído aquí. Entusiasmo y estupor, estados de ánimo eternamente puestos en duda, agitados febrilmente en las mientes de Karpov para todos juntos parir a la criatura. Brindo con el Barón y casi me parece haber presenciado el milagro precisamente por lo que él dice, por inaprehensible e imposible. Todo el rato te he imaginado como a un Sebastian Flyte que alarga el brazo hacia el escenario para recuperar su oso de peluche. Gracias por contarlo, querido.

Anónimo dijo...

Vaya, pues, según lo cuentas, voy a tener que lamentar habérmelo perdido: ¡ay! Por cierto, se está cocinando un concierto de Hello Cuca! en Almería para el puente del Pilar. Yo no puedo ir, pero si eso, os cuento... ¿Quién me va a grabar la maqueta de Ernesto?