20 mayo 2007

La felicidad era esto


La felicidad resultó estar concentrada en apenas cuarenta y cinco minutos de pop vital, divertido, goloso y rítmico. Saturday Looks Good to Me dieron un espectáculo de altura, aún viéndose forzados a hacerlo a toda prisa y a contrarreloj, en el escenario de la sala Neu! y nos recordaron a todos los asistentes que la música puede ser energía, melodía y amor y puede sobreponerse a las circunstancias más adversas.

Saturday Looks Good to Me y su principal factotum, Fred Thomas, han decidido exiliarse en sonidos mágicos y perfectos. En un limbo en el que las canciones siguen haciendo tic-tac al rítmo de los corazones, sin perderse en circunloqios de cinismo, pedantería o estupidez. Cuando escucho a SLGTM me da la impresión de que Thomas sólo quiere divertirse, emocionarse y compartir su talento con el resto del planeta. De hecho eso fue lo primero que dijo al pisar el escenario: hemos venido para divertirnos y hacer que os divirtáis con nosotros. Un planteamiento falsamente modesto que puede hacer pensar a muchos que SLGTM sólo son un ejercicio de estilo más. Un planteamiento sin embrago que, cuando las canciones aparecen, muestra su celestial maravilla cósmica. Canciones hechas para captar tres minutos de verdad y dulzura eternas; tonadas que estarán vigentes hasta que el mundo deje de girar y con él lo haga el último disco.





El sábado noche Thomas y los suyos tuvieron la gallardía de presentarse sin las melosas voces femeninas que tanto encanto añaden a sus discos; desde el primer instante subieron el volúmen y aceleraron el rítmo para llevarnos a un delirio de pop, guitarras restallantes, espectáculo, risas y melodías infalibles. Mucho más roqueros y rotundos que en sus discos, mostrando un reprís emocionante y un alucinante sentido del espectáculo, Saturday Looks Good to Me se centraron en su nuevo repertorio, recordaron que tendrán nuevo disco en K Records el próximo otoño y, poco después se lanzaron a una increíble sucesión de momentos de pop máximo que lo mismo recuerda a Motown, que a Comet Gain que al Crazy Rythms de los Feelies. Como lo oyen. Fueron tres cuartos de hora de rímos locos, de canciones preciosas, de un Thomas que tocaba la pandereta mientras se hacia un punteo (totalmente sic), de baterías que trotaban hacia el infinito apoyadas por unos tambores -también Thomas, al quite- retumbantes, de certeras excursiones hacia la estratosfera, de improvisadas jams de pop progresivo y soulero...




Y los que estábamos por allí sin poder quitar ojo del flacucho rubiales que es Thomas y sus adláteres, no dejábamos de relamernos con las melodías que iban apareciendo ante nuestras orejas completamente abiertas. Melodías muchas de ellas ya conocidas, otras inéditas y novedosas y, las mejores, improvisadas y cocinadas especialmente para la ocasión. Quienes puedan pensar que su propuesta peca de manierismo y esteticismo, tendrían que ver en directo a una banda cargada de inventiva y emoción. Su hits sonaron nuevos: Alcohol más macarra, The girl distracted más richmaniana... Intensidad en estado puro, una delicia que nos dejó con ganas de pasar la noche bailando frenéticos. Muchas gracias, Fred - le dijimos al salir de la sala. El sonrió amable, satisfecho y con un cierto toque de desencanto. Y es que debe ser duro para un tipo como Thomas ver no sólo que se le escamotea el reconocimiento masivo (indie y mainstream, por igual) sino además verse forzado a telonear a unos pelanas como los The Format. Los cabezas de cartel no eran más que un grupo burdo, descaradamente comercialón e incapaces de hilar una sola canción buena. Una mierda, vamos. Menos mal que la sala es grande y pudimos irnos a un aparte a charlar con Marta Fuck Me I'm Twee, recién llegada del Ladyfest Sur con quien departidos animadamante, mientras nos hacíamos cruces pensando que ese tiempo precioso que estaban malgastando los zoquetes de The Format podríamos estar disfrutando de diversión, amor, pop, encanto y bailoteo sin fín. En fín. Al final nos llevamos un mini LP totalente DIY prensado especialmente para la gira (Green Mansions), dos singles preciosos y una sonrisa de esas que sólo se le quedan a uno después de un concierto MAGICO.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Oich! Mira que es chugo cuando los teloneros superan a los supuestos cabezas de cartel.

¿Pero no me dijiste que Marta "Fóllame que soy Ñoñi" no iba a venir?