11 marzo 2007

Haciendo guiños a la luna


Con la presencia del Sr. Tremolino en Madrid, todo un universo fonográfico se ha abierto para mí. Escucho un nuevo mundo, que diría aquel; la minúscula escena de Donosti llega en pequeñas, pero muy efectivas dósis. Home made labels, caprichos y pijadas desde el norte, que nos
encandilan en esta capital embrutecida y ensimismada, que vive convencida de que las escenas son sólo cosa suya. Afortundamente, fuera de la órbita madrileña pasan cosas tan estimulantes como las que nos ofrece, ocasionalmente, Moonpalace Records.

Moonpalace Records es un sellito indie, especializado en cuidadas ediciones. Su querencia por el pop, se ve matizada por una (a veces enfermiza) filia por los sonidos más folkies y brumosos; melancolía, lirismo y hermosura serían banderas de esta disquera para la que graban portentos como Tex La Homa y, sobre todo, los imprescindibles Elurretan. Deudor del más ensimismado espíritu indie, el sellito lunar se dedica, a las ediciones limitadísimas, a la artesanía y la manualidad. Es la manera de sortear las inclemencias del inexistente mercado underground. Esta estrategia manufacturera permite sobrellevar el peso de la indie-ferencia general con el placer que producen las cosas bien hechas. Cien ejemplares, preciosas cajitas de cartón, canciones preciosas ... Así, con la intención de no perderme estas cosas, he llegado a un negociete con el Sr. Tremolina: el me vende las referencias que considere, sin que medien proposiciones o preguntas previas. Y yo, obediente, les voy hacuiendo hueco en mi hogar sin rechistar. Una manera de distribución que convierte al Sr. T en una suerte de personal shopper fonográfico. Un modelo que, por ahora funciona, a tenor de las primeras referencias que han caído en mis manos.




Benjamín Lozninger es un habilidoso geniecillo de la canción triste. Cantadas en inglés, sus composiciones son mínimas y encantadoras oditas. Próximo en sus planteamientos a Dotore, lo suyo es un pop sútil, surrurante, seductor y un poco nocturno; canciones perfectas para ésas tardes de domingo perezosas. Sí, estamos ante esa música que se disfruta ante una tacita de te, con lluvia tras el cristal, con una mantita de Linus, tal vez una chimeneíta. Pero, que nadie se llame a engaño, Lozninger consigue hacer que suene preciosa y ensoñadora. Nada de cabezadas ni bostezos, sólo caricias y confort anímico. Benjamín se ha inspirado en su hija para componer una música íntimista, ambiental y brumosa que termina por ser una caja de sorpresas. Matizada y serpenteante, supera el tono folkie y se escapa hacia terrenos menos áridos. Viajes a cámara lenta, por un pop inmediato y, aún así, camuflado. El fantasmal hit inicial 2 ghost keys, deja paso a una sucesión de pequeñas composiciones perfectas que recordarían a los tremendos y soporiíferos Red House Painters si no fuese porque estas canciones están tocadas por una magia melodiosa. La magia de lo inmediato. Y también la magia de la discreción. Preciosas canciones (canciones de verdad) como Here I stand que, con su dignidad minúscula enamorarán a todos los aficionados a degustar una fabulada tristeza de andar por casa. Parálisis musico-poéticas como Tide on a rope no afean el resultado final. El formato EP hace que la dósis sea la correcta para los menos morfinómanos; algo que no tengo tan claro que suceda en un disco completo. Para los que no se fíen, piensen que el propio Alistair Fichett le editó un single para su Unpopular Records. ¿Sadcore, dicen que dicen? No hagan caso, esto es folk-pop de siempre, triste, precioso, especial. Y todavía secreto. Así que aprovechen.




Los discos de Moonpalace Records y, en concreto, este EP de Lozninger se puede conseguir en Madrid en la tienda Bang!, ya lo saben.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr Tremolinooooo, guárdeme una copia del disco de Elurretan, porfaaaaaa

MJ dijo...

glups!
Ya dejé en bang! todas las copias qeu tenía, pero para mayo traeré más, si es que se venden las cuatro actuales.
David, el disco "perdido" de Elurretan ya debe de estar camino a la Calle del Limón