Ya lo contaba el Sr. Tremolina en sus impagables Crónicas Madrileñas: asombrados quedamos tras ver a Campamento Ñec Ñec en directo. Como suele ser habitual, había oído campanas pero no sabía muy bien dónde. Había tenido a tiro a los Campamento cuando telonearon a los The Ex , pero he de reconocer que no me enteré de nada (mea culpa) por llegar tarde y por estar pendiente de otras cosas. Así que, con la impresión de su insólito directo todavía en el cuerpo, pongo el precioso vinilo Alimaña a girar y, de repente, se confirma lo entrevisto el pasado martes en el sótano del Freeway. No hay música parecida a ésta.
Alimaña (Gssh! Gssh!, 2006) es un precioso vinilo a una sola cara, a 45 revoluciones. En la cara B están grabados los títulos de las canciones y un dibujo de inspiración selvático-humorística. El invento viene envuelto en una bolsa de plástico transparente desde la que saluda un patafísico chivo demoniaco dibujado por el incombustible grafista-punk Le Cadavre . Un artefacto fonográfico que, a primera vista, llamará la atención del fetichista y del amante de los discos curiosos. Bonito, underground, bien hecho... un artwork que daría envidia a los mismísmos Japanther (auténticos dandys de la edición vinílica). Sin embargo, todo esto que tanta curiosidad inspira, se queda muy pequeño, anecdótico, insustancial, cuando la aguja entra en contacto con el microsurco.
Maravilla de las maravillas, Campamento Ñec Ñec, con su art-punk selvático, sus extraños juegos de voces comanches, sus trenzadas y quebradas guitarras no tienen parangón alguno. Ni aquí, ni al otro lado de las montañas. Ni siquiera en la otra orilla del océano. Si en directo ya nos habían soprendido con una maestría muy rara, en soporte grabado no desmerecen en absoluto. Quienes piensen en unos Animal Collective se quedarán cortos, porque los Campamento son más comanches, menos progresivos, más punk y menos manieristas. Son más raros y presumen menos de serlo. Tienen canciones más inexplicables. El viaje a través de estas canciones sucede como en un ensueño, al final del trayecto se recuerdan sensaciones difusas, nada concreto, imágenes y ráfagas de pensamiento mágico. Alguna virguería, una sensación general de haber escuchado algo hermoso, muy absurdo, imposible. Algo que se pierde al contacto con la luz de la mañana.
En la página web de Simple Social Graces (encargados de la edición en CD) afirman que ésta es la mejor música que jamás han escuchado y hablan de amor, de cuerpos quemados por el sol, de ebriedad... y tienen razón. Este disco es una expedición a territorios inhóspitos; un paseo por el otro lado, muy lejos, más allá, de la tapia quer limita la vanguardia hardcore; una escapada a lo piel roja. Les escucho y me acuerdo mucho de los insólitos, también inclasificables, también absurdos, Japanther. Y me acuerdo de Alfred Jarry o del Aduanero Rousseau ... y, como en ellos, la bestialidad y la sutileza nos hablan en un lenguaje indescriptible, tanto más sorprendente cuando en el panorama discográfico español es tan difícil escuchar según qué voces. Delicia extraña y rara por estas latitudes, Campamento Ñec Ñec, hacen cosas muy ajenas, hacen cosas muy propias. Hacen una música que merece la pena ser escuchada porque son un grupo muy excéntrico, pero sobre todo porque son un grupo extremadamente bueno.
Alimaña (Gssh! Gssh!, 2006) es un precioso vinilo a una sola cara, a 45 revoluciones. En la cara B están grabados los títulos de las canciones y un dibujo de inspiración selvático-humorística. El invento viene envuelto en una bolsa de plástico transparente desde la que saluda un patafísico chivo demoniaco dibujado por el incombustible grafista-punk Le Cadavre . Un artefacto fonográfico que, a primera vista, llamará la atención del fetichista y del amante de los discos curiosos. Bonito, underground, bien hecho... un artwork que daría envidia a los mismísmos Japanther (auténticos dandys de la edición vinílica). Sin embargo, todo esto que tanta curiosidad inspira, se queda muy pequeño, anecdótico, insustancial, cuando la aguja entra en contacto con el microsurco.
Maravilla de las maravillas, Campamento Ñec Ñec, con su art-punk selvático, sus extraños juegos de voces comanches, sus trenzadas y quebradas guitarras no tienen parangón alguno. Ni aquí, ni al otro lado de las montañas. Ni siquiera en la otra orilla del océano. Si en directo ya nos habían soprendido con una maestría muy rara, en soporte grabado no desmerecen en absoluto. Quienes piensen en unos Animal Collective se quedarán cortos, porque los Campamento son más comanches, menos progresivos, más punk y menos manieristas. Son más raros y presumen menos de serlo. Tienen canciones más inexplicables. El viaje a través de estas canciones sucede como en un ensueño, al final del trayecto se recuerdan sensaciones difusas, nada concreto, imágenes y ráfagas de pensamiento mágico. Alguna virguería, una sensación general de haber escuchado algo hermoso, muy absurdo, imposible. Algo que se pierde al contacto con la luz de la mañana.
En la página web de Simple Social Graces (encargados de la edición en CD) afirman que ésta es la mejor música que jamás han escuchado y hablan de amor, de cuerpos quemados por el sol, de ebriedad... y tienen razón. Este disco es una expedición a territorios inhóspitos; un paseo por el otro lado, muy lejos, más allá, de la tapia quer limita la vanguardia hardcore; una escapada a lo piel roja. Les escucho y me acuerdo mucho de los insólitos, también inclasificables, también absurdos, Japanther. Y me acuerdo de Alfred Jarry o del Aduanero Rousseau ... y, como en ellos, la bestialidad y la sutileza nos hablan en un lenguaje indescriptible, tanto más sorprendente cuando en el panorama discográfico español es tan difícil escuchar según qué voces. Delicia extraña y rara por estas latitudes, Campamento Ñec Ñec, hacen cosas muy ajenas, hacen cosas muy propias. Hacen una música que merece la pena ser escuchada porque son un grupo muy excéntrico, pero sobre todo porque son un grupo extremadamente bueno.
4 comentarios:
Yo sólo los vi cuando telonearon a the Ex, y me abrieron la boca así ¡oooh! Parece que son buenos: ¡Que les corten las onejas y les introduzcan el palitroque!
Volaor, en el concierto me acordé mucho de tus palabras (sabias) sobre los Campamento Ñec Ñec. Creo que te hubiese gustado y que hubieses disfrutado mucho. Además el cantante y guitarra actua sentado en un regio taburetito, lo que les da un toque en escena particular.
Preciosas palabras! Me alegro mucho de que te gustemos tanto, leer cosas así le hacen a uno feliz!
Beso!
jose.
Querido Ñec!, posiblemente no tan feliz como escuchar músicas tan intrigantes y bonitas como la de vuestro 12". Un saludo!
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