02 septiembre 2006

Por amor al comercio


Otra consecuencia nefanda de la piratería, las descargas por Internet e incluso el comercio electrónico: el cierre de las tradicionales y encantadoras tiendas de discos de nuestras ciudades. Cuando escucho estas quejas y veo las lágrimas de ese cocodrilo que es el pequeño comerciante de discos, no puedo más que pensar en los años y años que hemos acudido a esas mismas tiendas, para soportar sobreprecios insólitos, condiciones leoninas, malos modos, trapicheos en la segunda mano, deliantes tarifas por los discos importados... De todo esto me estaba acordando ayer, mientras mis dedos buscaban, cual gusanos carroñeros, en las cubetas de los saldos de la madrileña tienda Escridicos.


LA VERSIÓN OFICIAL


Escridiscos es una de las tiendas con más solera de Madrid. Su amor por la música, su voluntad de mercadear discos que nadie se hubiese atrevido a vender en nuestro país o su papel central como difusor del estilo power-pop, que tanto predicamento tiene en nuestra ciudad, convierte a la entrañable familia que regenta este pequeño establecimiento en ejemplares ciudadanos de nuestra aldea pop y a su tienda en una Institución en toda regla. No se puede olvidar tampoco cómo han cambiado el paisaje urbano de la Plaza del Callao con sus inconfundibles bolsas de discos, estampadas con el dibujo de los monigotes de los Flamin' Groovies. ¿Qué madrileño no recenocería las bolsas de escridiscos en cualquier lugar del globo y en cualquier circunstancia?



LOS HECHOS

Escridiscos se traslada y, para no tener que asumir costes de transporte, salda gran parte de su stock. En una maniobra de mercadotecnia castiza y viral muy similar a la que llevase a cabo Madrid Rock , organizan una cadena boca-a-boca con la noticia de una liquidación total de manera que todos los asiduos a las tiendas del centro nos enteramos de la movida y allá que nos vamos. Discos a la mitad de precio. La ocasión de escarbar en las cubetas de esa tienda, tan emblemática como usurera, y llevarte el parné fonográfico a una media de siete euros por referencia. En algunos prende el revanchismo y una alegría chunga cuando cruza el umbral bajo el gigantesco cartel que reza LIQUIDACIÓN. TODO AL 50%. Otros acuden con un turbio sentimiento de victoria ("por fín tiene que bajar los precios"), los hay incluso que mascullan barbaridades y maldiciones en contra de la entrañable familia ("ya podía ser por quiebra y no por traslado") henchidos de mezquina satisfacción.



LOS DISCOS

Y, total, tanto hacerse mala sangre para cuatro discos. Porque al final te llevas cuatro discos. Pasado el delirio clásico que se asocia estrictamente a la pur
a avarcia ("hay que aprovechar"), después de mucho buscar, seleccionar y cribar ("este si me lo llevo, seguro; este, al final, no"), tras pegarte codazos con el prójimo en una tienda hasta arriba de gente, soportando un ambiente insalubre y extremadamente caluroso durante un tiempo cercano a las dos horas, te diriges a la caja a pagar tus cuatro saldos. Que en concreto fueron...


Shelley's Children
, Everything .- Solo puedo remitirme a lo ya dicho por Manuel Soleado en su excelente 360º de Separación . Como estaba en novedades, había varias copias. Esfuerzo cero. Ha sido ponerlo y saber que estas veintitantas canciones de puro pop-punk (a lo Gimslips, Girl At Our Best, Talulah Gosh, Shop Assistants incluso Heavenly) me van a deparar horas y horas de felicidad.

Sugargliders
, We're all triying to get there.- Justo lo contrario se puede decir de este CD de una Sarah Records postrera y con muestras de agotamiento estilístico. Monserga de indie tristón, monotono y aburrido. Efectivamente un disco que vale mucho menos de lo que ponía la etiqueta original (todavía marcada en pesetas, las clásicas 2.500 por cedé).


The Castaways , The complete studio recordings 1963 - 1967 .- Pop clásico, fondo de armario. Satisfacción garantizada, con este ensueño que documenta los múltiples contagios entre el soleado y vocal pop californiano y el trepidante y chillón beat británico. Como es un producto RPM tiene las clásicas y extensas notas interiores y una cantidad insólita de canciones.


Paul Bevoir with the Family W
ay , The happiest days of our life.- Pensando que me estoy haciendo con una grabación del supergrupo indie en el que milita Peter Momtchiloff, caigo en el primer LP en solitario del líder de un curioso (y olvidadísimo) grupo de novelty-pop de los ochenta, The Jet Set (muy recomendable el doble CD que les sacó Sanctuary, por cierto). De acuerdo, los Jet Set eran bastante ridículos, pero tenían canciones muy bonitas, pese a ser puro pastiche. En este LP, su líder se modera; menos vergonzante en su propuesta, menos de género que con su banda, este disco de Paul Bevoir es una delicia de pop sencillo. Clasicismo sin pretensión; un disco realmente curioso y bonito.


LA MORALEJA

Al final, no nos engañemos, los compradores de discos somos idiotas. Creyendo llevarnos una ganga resolvemos un problema de almacenaje al Señor de Escridicos. Total, el no iba a vender nunca esos discos del golpe como lo ha hecho, y una tienda nueva necesita sitio para novedades. Y de paso sufragará parte de la reforma con los ingresos extra que le reporte la operación. No había más que verle la cara de satisfacción. Y tu y yo, tras mucho sudor, mucho buscar y mucho codazo, nos vamos tan contentos, abrazados a nuestra bolsa pensando que, por fín, el cielo ha sido justo con nosotros, pues nos ha dejado tener nuestra personal venganza contra un comerciante malencarado. Un señor comerciante al que pusimos en casa una vez y, ahora, volveremos a poner.






12 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has convencido para no ir. Y, de paso, no emborrono mi estadística: jamás le compré un disco a ese censor desde que abandonó su legendaria ubicación en los bajos de Aurrerá. Y aprovecho para saludarte.

Karpov Shelby dijo...

Mmmm... la verdad es que ir a estas cosas tiene mucho de vicio. Si no sientes la llamada de la jungla, no merece la pena pasarse por el sarao.

Ahora buenos discos a precio asequible todavía había, todo hay que decirlo.

Anónimo dijo...

Uffff ... es verdad ... la tienda de los bajos de Aurrerá ... todavía me acuerdo de cuando tenía la "exclusiva" de la venta de discos legendarios de la movida y había que ir allí a pillarlos en un cajoncito diseñado ex-profeso ... me repateaba ver la cara de los dueños, en plan perdonavidas ... por cierto ... ¿alguien se acuerda de la otra tienda que había en aquellos bajos y que siempre te preguntaban si buscabas algo de Depeche o de los Cure cuando entrabas?

Karpov Shelby dijo...

Sí, si, esa era Discorrollo. Era increíblemente chunga... el tío acabó en la carcel por vender piratas de los Héroes o algo así. Tampoco hay que olvidarse de Disco Express, regentada por un ex-banjista de La Frontera... Las tiendas de discos de Argüelles!

Anónimo dijo...

Creo que la vida de las tiendas de disco tradicionales no ha llegado a su fin, más que nada porque aún hay gente interesada en el formato de toda la vida ... lo que ocurre es que esta ciudad es un desastre y parece que no se da cuenta de que no todo es la morralla del tipo Metralla o Yunque (sitios repug, repug), ni la calle de los frikis coleccionistas (Citadel, etc). Añoro los tiempos de Globo y Del Sur uno al lado del otro. Creo que esta ciudad NECESITA una tienda de discos en condiciones, con cosas chulas y baratas, y segunda mano de calidad, con un público fiel, con gente simpática detrás del mostrador, un sitio de reunión, de escucha y de compras ... ¿alguien se anima a montar algo así?

Radio City es un buen ejemplo (en plan más o menos especializado) de esto, y creo que no le va mal.

Anónimo dijo...

Pues sí, amigo Karpov. Comparto totalmente tu post en lo que respecta a lo tontos que llegamos a ser los compradores de discos. Pero conscientes como somos de ésta, nuestra condición, qué más da todo, disfruta con Shelley's Children que es el típico grupo al que creo le guardarás devoción durante mucho tiempo.

Ahora, disgustos como el de tu opinión sobre mis adorados Sugargliders son difíciles de asumir. Adoro y escucho a menudo todos sus 7", tanto en Sarah como fuera del sello de Bristol. Tenían un sentido de la melodía inigualable y pese a lo sensiblero de su propuesta siempre fuí fan. La continuación como The Steinbecks no me motiva tanto, pero siempre encuentro temas meritorios.

Pregunta ansiosa, ¿no quedaría otra copia de ese recopilatorio? Lo tengo en vinilo, y como comprador idiota que soy, y peor aún, como devoto de Sarah, pues con los años he ido completando los discos del sello en los formatos que me faltaban. Si quedase otra copia enviaría a algún alma caritativa para que se hiciera con el cd por mí.

Saludos, y enhorabuena por el nuevo diseño y la hiperactividad al teclado que tanto nos entretiene a tus lectores.

Karpov Shelby dijo...

Manuel, desafortunadamente no había más copias. De todas maneras, justo es que los discos están donde sean mejor recibidos; si me pasas tu dirección postal al privado te lo envío por correo estos días, sin problemas (aunque prometo duplicarmelo y darle otra oportunidad :-)

Anónimo dijo...

Anoche Hello Cuca! muy bien, muy bien, incluso para el sonido Sirocco. Se tocaron todo el disquito nuevo y algún clásico. Fue una alegría añadida el (breve) encuentro con il cavaliere Siesta. Se te echó de menos. Salud!

Anónimo dijo...

Ufffff ... con la caló que hacía anoche en Madrid ... yo casi duermo en la nevera ... ¿pusieron el aire en Siroco o aquello era un cocedero de gambas?

Anónimo dijo...

Sí, pusieron el aire. Más que nada en homenaje al Honesto Juan, supongo...

Karpov Shelby dijo...

Vaya! yo esperaba un set de cuatro canciones y poco más... sin contar con las privaciones características de este tipo de eventos.

Pero bueno, no se puede estar a todas, aunque leyendo tu comentario, doggy, ya se me ponen un poco los dientes largos ¿que tal el resto de grupos? ¿alguién vio a los indienella?

Anónimo dijo...

Just to let you know that you can hear some Shelley's Children tracks at www.myspace.com/shelleyschildren

Drop by and say hello!