19 diciembre 2005

No va a estallar el obus

Puesta de largo de Cohete en la sala Nasti de Madrid en un concierto que, según la leyenda urbana, estaba llamado a quedar inmortalizado como LP en directo de la banda compuesta por tres cuartas partes de los añorados Detergente. Como era de prever, la precisión de su pop quebrado y su rock zizagueante sigue funcionando con la exactitud de un reloj, sin embargo el hecho de que la sala estuviese medio vacia genera dudas más que razonables sobre la capacidad del combo para lograr el predicamento underground que le fue negado a la anterior formación.
A pesar de que la DJ Carla Presidente había señalado en alguna conversación informal el hecho de que los Cohete eran la apuesta de la sala Nasti para el próximo fall winter (y, entiendo por tanto, que también de su entramado socio-cultural), el aforo no hacía honor a lo que una persona de mundo de los mundos madrileños podía esperar ante esta declaración. Por alguna extraña razón, las caras conocidas y las presencias de relumbrón no consideraron esta ocasión tan histórica como muchos pretendían. Así que la cosa se quedó en un medio aforo por el que se paseaban los de siempre, alguna Sibyl Vane de la noche, algún encargado de sala y los incondicionales de la cosa musical. Raro, porque si algo tiene Madrid es eso de que la gente se echa a la calle ante la mínima oportunidad de pintar la mona en un concierto de dimensiones pretendidamente históricas. Algo pasa que Cohete no cuadra al establishment nocturno, o no le motiva o directamente pasa que pasan de ellos como pasaron de Detergente. Mala conciencia, tal vez.
El caso es que Cohete, convertidos en una formación de pop-rock milimetrado cumplieron con las mejores expectativas posibles, juntaron todas las canciones de su repertorio y salvaron la noche con buen tino. Habrá quién les acuse de fríos y puede ser cierto; son muy buenos, aunque un poco de magia sí es cierto que se pierde por alguna parte. A veces suenan demasiado precisos, calculados y comedidos... contribuye el hecho de que toquen muy bien, tanto cambio cubista y un cierto aire prog-rock. Pero, que nadie se llame a engaño, a diferencia de gran parte de la escena acual de fake-rock, esto no es un simulacro. Con sección de viento prestada en parte por Solex, con alguna canción muy buena, haciendo gala del temple ya conocido por anteriores ocasiones, ofrecieron un concierto modélico. Muy correcto, lleno de momentos que quedarán bien en el disco en directo. Y siguen en primera línea en cuanto a calidad musical se refiere: todavía son de lo mejorcito que nos puede ofrecer la escena de este Madrid Terminal que nos va a matar. Para muchos, esta corrección puede resultar alambicada... No estoy de acuerdo, sigo pensando que Cohete son una buena banda condenada a no levantar pasiones por facturar canciones excesivamente precisas en su concepción. Y, sobre todo, por emular a unos Wire a la par que intentan ser dignos sucesores de Patrullero Mancuso. A la vista del aforo, supongo que en pecado llevarán la penitencia. Lo que sorprende es el rechazo natural e instintivo que les produce el talento a algunos críticos de rock exquisito, a militantes miembros de la escena y a otras personas vinculadas al sarao nocturno. Si no, no hay quien entienda tanta indiferencia con estos Cohete y tanto entusiasmo con, pongamos un ejemplo fácil, Humbert Humbert. De los teloneros, Tres Delicias, no digo nada más que si usted, lector, ha estado en el barrio de Malasaña en los últimos dos lustros esto de la copia a los Stooges en versión garage le sonará a cosa ya oída.
Es decir, que aquí el obús del rock no acaba de estallar y que al final la cosa se va a quedar en unos meses de conciertos y grupos nuevos que desaparecerán sin dejar rastro. Así que, por pasar a lo efímero que es lo que gusta, habrá que centrarse en lo puramente anecdótico de la noche de rock. Porque es allí donde está la maravilla de la naturaleza humana y sus múltiples contradicciones. Sin estas contradicciones no se entiende que una persona enamorada de la música y de sus dotes dionisiacas, y por ende revolucionarias, como es Roberto Superjuez Herreros Garzón se pasase el concierto entrando y saliendo del cuartito, saludando a conocidos, yendo a por una copa, charlando... y haciendo caso a todo menos del grupo que estaba tocando. Por cierto, también resulta curioso ver cómo, después de tantos años, suenan los McCarthy en un bar de Madrid coincidiendo con un momento específico y una coyuntura histórica y macroeconómica en la que a muchos les viene muy bien hablar de McCarthy para vender los suyo. Porque ¿no es raro que siendo tan buenos (casi) nadie les haya hecho caso, reivindicado o pinchado hasta ahora? Desde luego, Herreros y Leonore es la primera vez que mencionan a Eden y compañía con tanta y tan revolucionaria pasión. Una pena, porque con sus contactos en medios de gran tirada ya podán haber conseguido que fuesen menos desconocidos. Pero bueno, hay gente que hasta que no le va lo suyo en ello esto del arte pop...
Algo parecido a lo que pasa con los Feelies y con las Sibyl Vane. Que resulta que ahora son lo más para personas que en los últimos tiempos se habían llenado la boca de improperios contra el pop de guitarras como pueda ser una DJ Presidente. Las vueltas que da la vida. Pero bueno, por lo menos los Feelies ya están en la historia del pop. Las que a este paso no llegan son las Sibyl Vane, de hecho si se confirman los rumores que sitúan a una de ellas en un super-grupo con DJ Carla Presidente ya nos podemos despedir de ella(s). Efectivamente, parece que no se les ha ocurrido otra que emular a los pobres Feelies (que ya me dirán qué culpa tienen de nada) y vampirizar las cualidades compositivas de una Sibyl Vane para seguir pintándola en esas noches blancas de la capital.
Es decir, que no, que no vamos a tener tampoco esta vez una revolución artística en la ciudad. Nuestra escena musical es parca en talento y pródiga en caraduras y zoquetes; si no entrasen en contacto es posible que hubiese alguna esperanza pero, desafortunadamente, al final a fuerza de deshacerse en indiferencia (intencionada) y procurar fagocitar (de manera artera) las gracias que no les corresponden las Presidentes y los Superjueces acaban gobernando un páramo absoluto sin que les escueza la conciencia que para eso tienen escribas y millonarios amigos que, de una u otra manera, les ofrecen consuelo para sus pequeños espíritus.


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mire, estimado Karpov, hablando de páramos pop, zoquetes y rostros de mármol: esta noche en la Sala Heineken (jua jua jua) puesta de largo de una nueva Stereoparty. Ojo al elenco: Humbert Humbert, Cycle, Spam y L-Kan (super jua jua jua). Sus fans (de usted) esperamos crónica detallada...

Anónimo dijo...

Hola Karpov!
No encuentro parecido entre Cohete y Wire. Si lo veo entre Cohete y Soft Boys.
salud!
Murky

Anónimo dijo...

Ya que mi buen amigo Diego me ha enviado un correo con el enlace a este artículo, y ya que encima es domingo de navidad, voy a aprovechar para realizar mi buena acción del día: Eliminar cualquier posibilidad de leyenda urbana: había idea de grabar el concierto, pero no se grabó nada. La idea surgió hace tiempo, viendo a Tetris y a Jonston en Ladinamo. A mí y a ciertos amigos nos pareció curiosa, que no innovadora, la idea de grabar los conciertos de los grupos que nos gustaban, siempre con el beneplácito de quien fuera a tocar, y por puras ganas de pensar en algo que al final nunca se hace. En el caso concreto que nos ocupa, la idea era que Ramón de Ginferno fuera quien intentara hacer una grabación por pistas, a la vez que nos ayudaba con el sonido. Como al final él no pudo venir, la idea se cayó por sí sola, aunque tampoco estábamos nosotros muy convencidos de que ésta fuera a ser la mejor ocasión. No descartamos hacerlo en otro momento, al igual que en su momento hicieron Pantasma con su genial Live Series en el Rock Palace, ayudados por una persona del público que portaba un minidisc y un micrófono. Mucha gente no traga los LPs en directo; lo respeto y en parte yo pienso igual. Ahora bien, un single es otra cosa, y, además, no sería la primera vez que, por las causas que sean, un grupo en el que participo deja de existir sin haber grabado nada...carpe diem...por ahí iban los tiros.
Hala,
Enrique.

Anónimo dijo...

hombre, yo he visto a roberto de garzón en unos cuantos conciertos de cohete. no pasa nada porque en el último estuviera, como cuentas, más disperso, ¿no, airado blogger?

Anónimo dijo...

David Mimo quiere escupir bilis, pero sólo escupe... semen. ¡Qué poca gracia tienes hijo! ¡Amargao!

Anónimo dijo...

David Mimo es un mediocre

Anónimo dijo...

David Mimo es un infla-flautas, lame-letrinas, revienta-sandías,...

Anónimo dijo...

...adula-frijoles, limpia-natas, saltim-banqui...

Anónimo dijo...

...soso y muermo.

Venga, imbécil ya te hemos animado tu mierda de blñog de pajillero mediocre e inculto. Ahí te quedas, ¡¡¡hasta nunca!!!