05 julio 2006

Las canciones que deseariamos haber escrito

A veces uno se pregunta si es necesaria otra crónica más sobre el enésimo grupo de indie pop. Total, para lo que hay que contar. melodías mágicas, guitarras cristalinas, estribillos celestiales... Es cierto, nos deslizamos cada vez más en bucles de melancolía autorreferenciales. Bucles y ensueños en los que hablamos de manera sistemática, y un poco senil, de lo nuestro. Sin embargo, cuando unas canciones irrelevantes consiguen quedarse en la cabeza, y acompañarnos a través múltiples travesías vitales y geográficas en estas poco flexibles post-modernidades que nos toca vivir es que algo tendrán. Las canciones de Math & Physics Club, se están convirtiendo así en el sonido de un verano paralizante. Están impregnando de discreta armonías anglófilas unos climas subtropicales y están creando un oasis de irrealidad momentánea. No estoy hablando de que sea lo que más nos convenga escuchar en este momento. Estoy hablando de otra cosa muy distinta...


Math & Physics Club son un conjunto de Seattle que factura un indie pop tan cristalino, tan notable, que en vez de canciones parece que montan maquetas melódicas. Llevan en danza desde el año 2004 y han grabado dos singles para la disquera über-indie Matinee Recordings, Weekends Away (2005) y Movie Ending Romance (2005) que contienen unas canciones que no asombran pero que se filtran en el cerebro gracias a melodías, inflexiones y sonidos familiares. MAPC pueden sonar a los Smiths, pero al no tener pretensión alguna de ser los Smiths, salir ilesos de semejante trago. Gorgoritos incluídos. Pueden aproximarse a cierta sutileza melódica, digna de The Orchids y otras luminarias de la escudería Sarah y no sonar a twee-pop de los Noventa. Porque los de Seattle sólo facturan las canciones que nos gustarían haber escrito al resto. Y ahí se quedan con todo el personal. Canciones ausentes de pretensiones, románticas, un punto soberbias y legitimamente idealistas. Sin más.

Sácame de aquí, quiéreme, esto no tiene arreglo, el verano se termina, cuanto más cambias tú, más sigo igual yo, no quiero quedarme aquí... la, la, la. La eterna cantinela, ya lo sabemos. Palabras mágicas, al fín y al cabo, si el que las canta se las cree. Y MAPC se las creen a pies juntillas, y tan sólo quieren decir lo que dicen.

No es un pastiche, no es una revisión. No es retro, no es manierista. Ante todo son fans que escriben las canciones que les gustaría escuchar. La receta es la misma que la de los Lucksmiths. Sinceridad y sentimeintos puros. Por eso son reveenciados como una ínfima institución a lo largo del globo. Por eso levantan unas pasiones inéditas para un grupo con sólo dos EP en los mail orders y no mucha actividad en su carrera al estrellato. Asombra escucharles versionear a los Beach Boys, sin miedo ni reverencia (You're so good to me).



Hace semanas que escucho complusivamente a esta banda. Han podido con cualquier resabio y recelo. Basta detenerse en la desverguenza melo de Sixteen and Pretty, o dejarse llevar por las guitarritas de Weekends Away. Esperemos que esas cualidades imposibles, intangibles y propias de funambulistas pervivan intactas en el futuro LP previsto para este 2006. No es sencillo, porque joyas de la intrascendencia de Love again sólo se sostienen en la futilidad y brevedad del fomato corto y las distancias pequeñas. En cualquier caso, aquí ya no hay que buscar respuestas de ningún tipo. La revuelta está en un territorio muy lejano; nada de pánico en las calles de Londres. Se trata tan sólo de la redención doméstica del fan que salta a través del espejo para imitar a sus ídolos. Olvidense de las pretensiones de los sórdidos Belle & Sebastian del Futuro (los que sufrimos ahora). Bienvenidos al reino de la trascendencia oblicua. La revuelta de los novatos. Si la cultura pop se ha convertido en una filfa ¿por qué no habría de estar la salvanción inscrita en los karaokes de YouTube? Y, es más, ¿por qué no en las cancions de MAPC?



MAPC asumen así su, a priori paralizante, anglofilia con llano y sincero humor americano. Canciones rotundas, claridad en el trazo y sentimientos puros. Los que busquen revelaciones y transformaciones vitales espasmódicas podrán condenar a los de Seattle a la indi-ferencia. El resto podemos disfrutar con una banda en la que la ausencia de malicia es tan enorme que se atreven a versionear el Angel Gone de Beat Happening, asumiendo así su cercanía al indie de base. Hablábamos el otro día de lo que sucede cuando el cocooning juvenil fracasa. Bien, tal vez en ese momento, sólo quede hacer lo que hacen estos alegres muchachos, salir y, con modestia, compartir las cuatro canciones que nos hubiese gustado escuchar alguna tarde de tedio y horror veraniego en algún radiocasste cercano. Ya digo, las canciones que escibirías tú y que escribiría yo. Pero que son ellos los que las están escribiendo, con letra clara y sin dobles sentidos. Así que, ahora sólo queda preguntarse, en una época dominada por hypes y mercadotecnia alternativa, ¿quién tira la primera piedra?





5 comentarios:

Anónimo dijo...

Nooooooooooooo porfaaaaaaaaa nooooooooooooooo!!!

Ñoñi pop yanki a la máxima potencia. A mi me ponen de los nerrrrrrrrrviossssssssssssss.

Porcierting ... ¿va a ir al Summercase?

Karpov Shelby dijo...

Ja, ja, ja. Ya me imaginaba yo reacciones así después de las referencias a los añericanos ñoños. Pues me parece exagerado porque creo que las canciones de estos están muy por encima de la media, Jacinta. Por lo menos en los dos EPs que han sacado hasta ahora. A ver qué pasa con el disco...

Al Summercase me temo que no. Calor, multitudes... grupos buenos a horas imposibles (Sparks, Concretes, Long Blondes) y dinosaurios alternativos (New Order, B&S). Eso si me gusta que Astrud en el cartel esté puesto en letras grandes y en el grupo de cabeza.

Anónimo dijo...

Estupendo post sobre un grupo al que me costó encontrarle la gracia precisamente por esa "anglofilia" manifiesta y un par de canciones en las que la voz era calcadita a la del chico más famoso de las islas. Superada la incial desconfianza quedan un par de ep's repletos de bonitas canciones.

Saludos,

Anónimo dijo...

Me encanta este post y no puedo estar más de acuerdo. Desconfiaba de este grupo sin escucharlo y ahora no puedo pasar sin sus dos maravillosos EPs. Es perfecta la definición de "las canciones que nos gustaria haber escrito a nosotros", y me adhiero a la referencia a los lucksmiths. Por cierto, por completar, tienen un single gratuito solo para descarga, son 2 canciones y una de ellas no está en los EPs. Busco la web y os lo digo.

Karpov Shelby dijo...

Parece que a todos nos pasó lo mismo con los americanos (indies viejos y desconfiados), Javi. Me alegra que te haya gustado el post y verte en el ciberespacio después de tanto tiempo (y ambos en reencarnaciones cibernéticas "nuevas")