Ya tenía pendiente este boletín desde hacía algún tiempo hablar de la deliciosa música de Ray Rumours. Ya tenía que haber aparecido esta pequeña bruja buena del pop con motivo de un simpático concierto de indie-pop cooperativo y amistoso en el pequeño bar de Lavapiés, Silja. Se debía haber comentado, hace unos meses, el excelente CD-R, The Hemulen (stitch stitch records, 2005), lleno de canciones modestas, chiquitinas y asombrosamente bonitas... Pero como más vale tarde que nunca, y las esperas merecen la pena, no tengo más que hacerme eco de este concierto dominical en la sala La Dinamo, cuyo factotum ha sido la amable Ray y los protagonistas sus amigos. El cartel, ella misma, las sisisi sisisi sisi y uno de los geniecillos más prolíficos y peculiares del subterráneo pop actual como es el francés residente en Bristol, François.
Tartas, batidos y cafés de media tarde. Guitarras, sonrisas y espíritu campfire para celebrar la más genuina experienca indie. Aquella que se refiere a las historias que sirven para establecer códigos de amistad al margen de recelos o convenciones. Palabras, melodías y canciones que nos hablan de nuestra vida con sinceridad, sencillez, humor, bondad y, cuando corresponde, la pizca justa de amargura... Así, sisisi sisisi sisi, han podido desgranar su desenfadado y divertido pop semi-acústico. Con su pequeño ukelele y sus melodías imbatibles, han tocado con absoluta naturalidad canciones de humor, de espías y amor hasta culminar en la deliciosa y lúcida Te robé un robot, pasando por una simpática versión de Poesía en movimiento.
Ray Rumours, por su parte ha desgranado sus micro-odas dedicadas a celebrar la magia de lo diminuto, la diversión compartida, la capacidad de sorpresa cotidiana... canciones que remiten a una eternidad muy concreta, delimitada por cosas esenciales, a veces olvidadas, siempre imprescindibles. Cosas que tal vez se resuman en la capacidad de asombro, en la bondad para compartir, en la modestia de aceptar las gracias que nos depara la existencia. La hermosa modestia que nos encandiló en Rose Melberg, aquí, ahora, sólo para nosotros. Qué suerte.
Porque lo que ofrece François es algo que superará, con creces, cualquier expectativa con que pudiésemos haber entrado al concierto. Más allá de la magia, este francés, una suerte de Spetphen Pastel francófono, nos viene a hacer un regalo imposible de cuidada artesanía emocional. Auténticas manualidades sentimentales de insólita inocencia y una desarmante hermosura. La traducción visual y musical de todo aquello que alguna vez ha conformado la poética del indie-pop. Una cosmogonía condensada en pequeña canciones y cortos de animación brevísimos, minimos, cuya banda sonora es interpretada por François acompañado por Rozi Plain, ambos en un estado gracia sin igual... El sentimiento puro, la capacidad de reunir un mundo interior aislado de la maldad y el trajín cotidianos, las pequeñas estrellas que pueden precipitarse en apenas instantes y producir minúculos terremotos en el alma... Sinceridad, bondad: un regalo para cada uno de los allí presentes. Minúsculos poemas de animación casera, absolutamente preciosos. Una sucesión de maravillas que sirven de preámbulo para uno de los momentos más sobrecogedores y emocionantes que, este vulgar plumilla ha vivido en mucho tiempo en torno la música pop.
La proyección e interpretación musicada del corto Get Good (Stich Stich / Cleaner Records) se convierte así en un viaje interior, un auténtico poema visual, una emotiva crónica trascendente sobre lo que puede significar el amor, la música, la iluminación... pero también la pena, la separación, el reencuentro o la salvación. Una dosis de creatividad que nos deja embargados de emoción; una intensidad celestial ante la que apenas se pueden contener las lágrimas de pura gratitud. Mientras las imágenes desfilan hipnóticas, sugestivas, palpitantes, bellísimas, hablándonos en una lengua secreta creada sólo para nosotros, la música volvía a recordarnos que nunca hay que despertar demasiado pronto ni dejar de intentar conjurar la magia íntima Ése es el secreto que nos cuenta hoy François: hay cosas que nunca se pierden del todo. Existe una eternidad dentro de nostros, pequeña, si queremos, pero no menos valiosa. Basta con cerrar los ojos de nuevo para acceder a ese microverso...
Espíritu indie-pop, los secretos mejor guardados, vagabundeos por las orillas de la felicidad, es sólo ruído, pero contiene un pedacito de eternidad. Que es lo único que pedimos a estas alturas, sólo un pedacito de eternidad; una canción hermosa, que alguien te tienda la mano. Una esperanza que, por un instante se ha visto colmada de manera sencilla, sin artificios o trampas. Y... ¿no eran éstas cosas las que hicieron que todo empezase?
Sisisi sisisi sisi, Ray Rumours y François tocaron en la sobremesa del domingo 4 de junio en la asociación cultural La Dinamo
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5 comentarios:
Sí, seguid cerrando los ojos, vosotros. Irritante, de verdad.
mmmm... ¿se intuye un palo al bloguista colaboracionista?
No, hombre, por colaboracionismo, no. Y con cariño.
Pues a mí el corto de François también me resultó de lo más bonito e inspirador, la verdad. Claro que, si m.e.h. tiene a bien desarrollar un poco más los motivos de su irritación, igual abro los ojos y me caigo del guindo.
fue precioso, m.e.h. puede decir lo que quiera... te pongo un link.
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